viernes, 28 de agosto de 2009

Las velocidades para el currican segun especies


Uno de los aspectos más importantes de la pesca del currican es la velocidad , y cada especie requiere una velocidad determinada. Realmente mas que cada especie yo determinaría que cada tipo de currican requiere una velocidad determinad, por lo que especificare tipos de currican, con sus velocidades y las especies que son sensibles a ser capturadas.
Currican con cebo vivo:

Bien en superficie , bien a media agua o incluso a fondo la velocidad de currican para esta técnica debe ser lo mas lenta posible, nunca pasando de 2,5 nudos, en este caso la velocidad es especialmente importante, pues el pescado que llevamos vivo como señuelo debe poder nadar el mismo de modo natural, y si nuestra velocidad es superior lo arrastraremos y dejara de moverse por el mismo, por esto incluso se puede llegar a curricanear a 1 nudo con éxito, además permite al pescado señuelo variar levemente su dirección o altura e imprimir movimientos propios cuando se ve perseguido por el depredador, lo que definitivamente lo hace irresistible al bocado.

Esta técnica es valida para cualquier depredador que pensemos, y es de las mas eficaces y a la par de las mas complicadas, son especialmente vulnerables a esta técnica en profundidad los meros, dentones, pargos y samas, mientras que a media agua las serviolas, bacoretas, atunes, barracudas, pez espada y palometones mientras que en superficie los grandes peces picudos como el pez vela el marlin , la aguja y compañía.


Currican con artificial:
En este caso mucho más amplio y se puede dividir por especies y velocidades por lo que separare generalizando en currican de altura y currican costero.

Curican de altura:

El currican de altura requiere velocidad, caña al mono, sorprendentemente para los legos en la materia se puede pescar a velocidades realmente altas, yo hablo de mi experiencia particular y he pescado hasta a 12 nudos con éxito, pero es común y aconsejable que para tunidos y compañía con señuelos artificiales de superficie se pesque de 6 a 9 nudos , siempre que se usen pescados artificiales especiales para velocidad, tanto Rapala como Halco tienen señuelos que navegan bien a estas velocidades y con éxito en la cacea navegando o en superficie o como mucho a 2 o 3 metros de profundidad, también nombrar a las tunitas o bonitas que navegan muy bien a esas velocidades.

Si se pesca con pulpos, plumas (Cul de canard o culo de pato) o vinilos de superficie la velocidad puede ser mayor pues la excitación sobre el depredador se consigue con el chapoteo sobre el agua, esta pesca es como hemos dicho recomendable para todo tipo de tunidos, Atún, bacoreta, bonito, albacora, listado, picudos en general, llampugas y alguna que otra gaviota.


Curican Costero: Esta es diferente dependiendo de la especie en concreto, aunque no solo depende de la velocidad evidentemente. Cada especie requiere varios componentes a tener en cuenta, aunque en este post solo analizaremos la velocidad es conveniente tenerlo en cuenta. Como su nombre indica el currican costero es aquel que se realiza a un par de millas como máximo de la costa, por lo que las especies están sujetas a esta distancia. Si buscamos dentones meros o samas y demás familiares lo normal es bajar el señuelo lo mas posible a poder ser el artificial navegara un par de metros mas alto que el fondo, y su velocidad ideal son 3 o 3,5 nudos, si sin embargo buscamos lecholas la velocidad sera la misma pero la profundidad aconsejable es a media agua, la lubina le gusta también la media agua aunque a veces se puede capturar tanto en superficie como a fondo, siendo siempre la velocidad de 2,5 nudos a 3,5.

El palometon se puede coger con artificial a media agua y a superficie pero a mas velocidad, de 4 a 5 nudos. La barracuda también quiere velocidad por lo que es fácilmente capturable a 4 o 5 nudos en superficie y en 4 o 5 metros de profundidad preferentemente en las horas de poca luz. Cada una de estas pescas no solo depende evidentemente de la velocidad también influye la distancia a la que se pesque del barco, el tipo de artificial , modelo color y tamaño y sobre todo la época del año, por lo que recomiendo paciencia , anotar las capturas por épocas y después de un par de años sacar conclusiones. Se que es fiarlo a largo plazo pero nadie dijo que la pesca sea algo rápido, de hecho es bien sabido que la paciencia es nuestra mejor arma.

martes, 25 de agosto de 2009

Sepia


Nombre científico: Sepia officialis

Otrs nombres comunes:

Cataluña (Levante): Sipia
País Vasco: Jibia

En otros países
Portugal: Choco
Italia: Seppia
Francia: Seiche
Reino Unido: Cuttlefish

Este cefalópodo decápodo es muy común en todas nuestras costas, pese a la persecución implacable que sufre. Sin embargo, su gran capacidad de adaptación le asegura su permanencia en zonas muy castigadas de nuestro litoral.

La sepia o jibia puede vivir en todo tipo de fondos, desde los desiertos lechos de arena a los más ariscos y rocosos, pasando por los fondos mixtos o las praderas de algas, como la posidonia.

Se encuentra a gusto en muy diversas profundidades, sin que sea extraño encontrarla en cotas que no superan un metro y, gracias a sus dotes en el camuflaje, podrá cazar o pasar inadvertida en los más variopintos hábitats que presenta el medio marino.

Aunque, como todos los cefalópodos, eminentemente nocturna, se alimenta también durante las horas diurnas si se le presenta la ocasión. Su voracidad es inaudita y con su fuerte pico -que nos recuerda al de un loro- será capaz de destrozar un duro cangrejo o el pez más resistente.

Se pesca mayoritariamente con redes de arrastre, pero también es susceptible de ser apresada mediante aparejos más artesanales y deportivos. Lo más común es el empleo de guadañas o poteras, pero también podremos hacerlo con un pececillo natural.

Entre las muchas técnicas que podemos emplear, destaca la antiquísima pesca con hembra. Se lleva a cabo en la época reproductiva, durante la primavera o al comienzo del estío, y, como señuelo se emplea una hembra viva. Amarrada a un cabo fino o a un sedal, se la pasea por aguas tranquilas a poca velocidad. Lo mejor es llevar la embarcación a remo y proveerse de un amplio salabre o sacadera.

Cuando la hembra es detectada por un macho, éste la agarrará con sus tentáculos y lo podremos traer hasta la embarcación, donde le espera el salabre. Una vez a bordo, devolvemos la hembra al agua, para acechar al siguiente macho.

Pulpo


Nombre científico: Octopus vulgaris

Otros nombres comunes:

País Vasco: Olagaro, pulpo
Resto: pulpo

En otros países
Italia: polpo
Francia: pieuvre
Reino Unido: octupus
Alemania: Gemeiner seepolyp

Se trata de un molusco cefalópodo (que "tiene los pies en la cabeza") octópodo, que carece de concha y posee ocho robustos tentáculos dotados de ventosas.

De régimen carnívoro, muy común en todas nuestras costas, cambia de color en cuestión de segundos y utiliza tinta para defenderse. Llega a medir más de dos metros y a pesar unos 20 kg., aunque ejemplares de este tamaño sean rarísimos.

El pulpo representa probablemente la cúspide del proceso evolutivo en la gran familia de los invertebrados, -así como el género humano lo es de los vertebrados- y aunque no sea parangonable, podemos afirmar que este alto grado alcanzado por el pulpo en el proceso evolutivo, ha hecho de él un animal enormemente versátil, numeroso y acomodaticio a las más diversas situaciones y entornos.

El pulpo resulta ser una masa de músculos "pensantes", que se adapta a cada circunstancia y adopta formas de comportamiento específico, según lo requerido en cada situación. Su cuerpo es capaz de cambiar de aspecto y de volumen, puede deslizarse a través de una minúscula grieta, o hincharse, agrandarse e incluso introducir piedras dentro de la capucha de piel de su cabeza, para aparentar mayor tamaño. Puede sacrificar algún tentáculo (que más tarde se regenerará) para que lo engulla el congrio y así escapar, o adecuarse a la tonalidad del fondo para acechar a una víctima.

Esta variada gama que exhibe en su comportamiento es consecuencia directa de la multitud de animales que conforman su dieta, así como del gran número de predadores con los que cuenta. Por eso, cuando nos encontramos frente al pulpo, éste raramente tomará la iniciativa y esperará hasta comprobar nuestras intenciones. Por ejemplo, si descubrimos un pulpo y le acercamos lentamente la mano moviendo los dedos con suavidad, el animal, llevado por una rara curiosidad, es muy probable que se acerque y nos acaricie los dedos con las puntas de sus tentáculos para comprobar de qué estamos hechos.

Algunos colores ejercen sobre el pulpo una extraña atracción. Aparte de su curiosidad innata, este increíble animal, siente una especie de preferencias estéticas, que lindan con lo que cabría asignar únicamente al género humano, como lo prueba el hecho de encontrar a menudo un conjunto abigarrado de trozos de conchas, piedrecillas de colorines y pedazos de cristal romos, que atesora esparcidos frente a su guarida.

Cuando descubre algo de color blanco y de menor tamaño que él, lo toca con la punta de sus tentáculos y, enseguida, lo abraza con todo con su cuerpo. Quizás su instinto le diga que "eso" de color blanco es comestible, aunque esto no parezca muy razonable cuando el objeto abrazado es un trozo de bolsa de plástico o un trapo.

Existen casi infinitas modalidades para la captura del pulpo. Esto es así porque este animal adopta los más variados comportamientos, prospera en los más diversos hábitats y engulle los más dispares alimentos.

Calamar


Nombre científico: Loligo vulgaris

Otros nombres comunes:

Cataluña (Levante):Calamars
País Vasco:
Txipirón, jibión
Galicia: lura.

En otros países
Alemán: Calamaris
Italia: Calamaro
Francia:Calmar
Reino Unido: Squid

El calamar, jibión o txipirón es, como su pariente la jibia, un cefalópodo decápodo. Pero su forma, más ágil y alargada, ya nos está indicando que se trata también de un mejor nadador que prefiere las aguas abiertas y la movilidad permanente, a los fondos y el acecho inmóvil que caracterizan a su prima.

De comportamiento gregario, forma bálamos numerosos que recorren grandes distancias y realizan frecuentes desplazamientos en vertical, a veces hasta grandes profundidades.

Su alimentación es básicamente ictívora, para lo que se vale de dos de sus tentáculos, que lanza contra sus víctimas, para luego apresarlos firmemente con los ochos restantes.

Se pesca normalmente con redes de cerco, pero también es muy común el empleo artesanal de la guadaña o del pez artificial.

Generalmente no se acerca tanto a la costa, ni lo podemos encontrar en cotas de menos de 15 metros de profundidad -salvo los ejemplares más pequeños- por lo que su pesca se realiza en embarcación.

Lo más común es utilizar dos aparejos -uno por cada banda- con una o varias guadañas o poteras cada uno. Se hacen trabajar a un par de brazas del fondo y se mueven a intervalos de unos pocos segundos, para que imiten las vibraciones de un pez.

Una vez notemos el inconfundible peso del jibión, procedemos a cobrar de forma continua. Recordemos que los señuelos para cefalópodos no llevan muerte, por lo que debemos mantener siempre la línea tensa. De todas formas, el jibión o la jibia sólo "tiran" en una dirección, por lo que no tendremos problemas como los que plantearía un pez en este caso.

Una vez a bordo, es muy común que descargue un súbito chorro de tinta, así que conviene andar con cuidado para no ensuciarnos. Asimismo, comprobaremos que el señuelo -ya sea la guadaña o el pez artificial- no está manchado de tinta, pues esto le restaría mucha eficacia.

Pez ventosa


Nombre científico: Lepadogaster lepadogaster

De la familia de los gobiesociformes, es también conocido como chuparrocas, pegarrocas, chupón, etc., este pececillo es uno de los más curiosos que podemos encontrarnos en la escollera.

Su hábitat favorito lo constituye la zona tildal, bajo las rocas que quedan en los charcos de marea, donde permanece oculto durante las horas diurnas.

Por la noche, comienza su actividad -que nunca es demasiada- y acecha a pequeños gusanillos, quisquillas o minúsculos cangrejos.

Es una presa muy rara, pues su pequeña boca no da para mucho, y sólo con anzuelos diminutos y a ras de fondo lo clavaremos.

Debemos soltarlo siempre, aunque podemos observarlo unos minutos -con las manos mojadas, eso sí- sobre la palma y comprobar cómo funciona su ventosa. Su vida no corre ningún peligro por estar unos minutos fuera del agua, pero cuando vayamos a despegarlo, debemos hacerlo con cuidado, pues suele asirse fortísimo.

Es un pez magnífico para el acuario. Soporta muy bien cambios de temperatura y de salinidad, siendo uno de los peces más resistentes y bellos que podamos encontrar.

Su tamaño raramente alcanza los seis o siete cm., y sus hábitos son realmente sedentarios (suele estar inmóvil y pegado a cualquier objeto la mayoría del tiempo) por lo que se adaptará perfectamente al acuario.

De hecho, su vida en libertad transcurre en el acuario natural que forman los charcos de la marea, a menudo con sólo unos cm. de agua o incluso sin ella. Como ya dijimos, puede pasar mucho tiempo sin agua, siempre que la humedad sea muy alta, por ejemplo bajo una gruesa capa de algas mojadas.

Serrano


Nombre científico: Labrus tordus

Otrs nombres comunes:

Andalucía: Tordo
Asturias: Bodión, botón, peto
Cantabria: Serrano
Cataluña (Levante): Tordo
Galicia: Tordo
Murcia: Tordo
País Vasco: Serrano

En otros países
Alemania: Grüner
Italia: Tordo
Francia: Labre vert
Reino Unido: Green wrasse

Es de menor tamaño que el durdo o maragota, al cual se parece, y no presenta tanta variación en la coloración de su librea, que suele ser verdosa o parda, algunas veces recordándonos frisos escoceses.

Vive a poca profundidad y muerde con decisión el anzuelo cebado con gusana o quisquilla.

Lo podemos atrapar con aparejos ligeros de fondo o de flotador con el suficiente calado, como al resto de los lábridos. Pica con decisión y es una presa habitual de los niños que depredan en los puertos y escolleras.

El único requisito es que los anzuelos sean pequeños, acorde con el tamaño de su boca.

Sus carnes no son muy apreciadas culinariamente, pues, aparte de tener muchas espinas, son blandas, insípidas y con tendencia a la rápida descomposición, aunque esto no quita para que sean comestibles.

Sargo común


Nombre científico: Diplodus sargus, Sargus rondelettii, Capito sargus, Sargus vetula, Sargus sargus

Otrs nombres comunes:

Andalucía: Sargo
Asturias: Sargo
Canarias: Saifia
Cantabria: Mojarra, chapasta
Cataluña (Levante):
Sart, sarg, espetons, esparrall
Galicia: Sarjo, mucharra, bicudo
Murcia:Sargo
País Vasco: Mutzarra, muxarra, txapasta

En otros países
Portugal:Sargo
Italia: Savago, sarago maggiore
Francia: Sar commun
Reino Unido: White sea bream

Como su propio nombre indica, resulta ser el más común, y, tras el real o breado, el que mayores proporciones alcanza. De cuerpo ovalado y comprimido, su librea es plateada con predominio de las oscuras bandas verticales que recorren su cuerpo y se van difuminando a medida que descienden hasta la zona ventral. La aleta caudal es un poco más robusta y ahorquillada que en otros sargos. Llega a alcanzar dos kg. de peso, aunque los mayores ejemplares suelen estar hechos una pena: flacos, descoloridos y, a veces, se observan individuos a los que les faltan varias incisivos. La mancha negra que presenta en el pedúnculo caudal no llega a converger en su parte inferior. Reputados autores señalan la presencia de una subespecie endémica mediterránea (Diplodus sargus sargus) que se diferenciaría porque, en los ejemplares de mayor edad, desaparecerían las bandas transversales. Ignoro si es porque mis capturas son de modestas proporciones o por qué, pero no he podido constatar este extremo, aunque sí es cierto que en algunos ejemplares de tamaño considerable apenas se apreciaban. Lo malo es que eso lo he hallado tanto en ejemplares cantábricos (Diplodus sargus cardenatti) como mediterráneos (Diplodus sargus sargus). En fin, sembraré esta inquietante duda entre los aficionados.

Vive a profundidades variables que oscilan entre 1 y 50 m. aunque lo más frecuente es que lo hagan en la cota que comprende los 2 y los 20m., donde la luz es abundante y encuentra gran cantidad de nutrientes. Entre sus alimentos favoritos se encuentran los pequeños crustáceos, como los cangrejillos de todo tipo, las quisquillas, los camarones, el cangrejo ermitaño, las pulgas de mar, etcétera, y los moluscos, gasterópodos y bivalvos. También le encantan todos los anélidos, como el gusano de rosca, la americana, la coreana, el de serrín, el rojo, de fango, tita, nadadora, etcétera.

También come trozos de pescado o de cefalópodos -sobre todo en invierno y a fondo- y, en general, cualquier alimento de origen animal susceptible de ser hallado en su medio, tanto vivo como muerto.

Lo que ocurre es que, el sargo, como buen cazador, siente un impulso irrefrenable que le lleva a lanzarse contra toda potencial víctima que estime que puede escaparse. Si descubre un cangrejo muerto o lisiado sobre el lecho marino, a su entera disposición, se tomará su tiempo antes de engullirlo, lo probará, arrancará alguna de sus patas, dará unas vueltas sobre él... Si, por el contrario, ese mismo cangrejo se encontrase dando tumbos en medio de una nube de espuma con grave riesgo de desaparecer llevado por la corriente, el sargo se abalanzará sobre el crustáceo antes de que eso ocurra.

Este proceder constituye una norma general que siguen a rajatabla casi todos los predadores, por lo que el aficionado deberá tenerlo muy presente a la hora de plantear su salida de pesca. Se impone sacar partido de la respuesta instintiva de nuestras víctimas, de jugar con cartas en la manga (ya sé que no suena muy deportivo esto que digo, pero es la verdad) y vencer así sus naturales defensas.

Hemos visto que el sargo común -como casi todos los demás sargos- se desenvuelve con suma maestría en las aguas muy batidas, cerca de las rocas y la rompiente, en la que caza y se muestra muy activo.

También es propenso a explorar grietas, hendiduras y otras cavidades submarinas, lo que es aprovechado muy ventajosamente por el caza sub, que le da lo suyo contra la pared cuando lo encuentra en estas circunstancias.

Salvario


Nombre científico:Trachinus araneus

Otrs nombres comunes:

En otros países
Alemán: Petermänchen
Italia: Tracina
Francia: Vive
Reino Unido: Weeber

También conocido como salvariego, pez araña, pez escorpión, etc. es un traquínido, y como todos los miembros de la familia vive en lechos arenosos y es un voraz predador.

Permanece casi todo el día semienterrado o posado sobre el fondo, sin moverse, acechando cualquier presa que se ponga a tiro.

Pertenece a una familia ampliamente difundida en todas nuestras costas y que consta de varias especies muy semejantes entre sí.

De hecho, como ocurre con los mugílidos, la gente de cada zona les asigna un único nombre a todos los representantes de la familia, tal es su parecido y sus análogas pautas de conducta.

Dada su voracidad, son presas comunes de los aparejos de fondo y muchos son los pescadores novatos que los agarran para desanzuelarlos y sufren su dolorosísima picadura.

Estos son los peces más venenosos que tenemos en nuestras costas y sus radios espinosos, tanto de las aletas dorsales como pectorales, están llenos de un veneno de singular virulencia.

Hace muchos años, en mi primer viaje de estudios con ocasión del término de la EGB, fuimos a Estepona con nuestros profesores. El primer día que fuimos a la playa, yo, como no podía ser de otro modo, me dediqué a depredar. Atrapé una sepia de buen tamaño que había quedado casi varada en un charco tildal y, buscando alguna captura más para incluir en el menú del almuerzo del hotel -francamente malo- alquilé un "pedalo" y con un aparejo de mano y unos humildes bígaros por cebo, capturé un gran salvario, que allí llamaban araña.

Consciente de la sabrosura de sus carnes, lo llevé donde estaban mis compañeros. Recuerdo que la profesora de ciencias naturales -en su afán docente- hizo ademán de cogerlo para mostrarnos las partes de un pez. Fui bueno y, recordando que me había aprobado, le impedí tocarlo.

Así que, con mucho cuidado, le seccioné la cabeza y las aletas (salvo la caudal) y de este modo dejé al pez listo para su manipulación.

Esta familia de peces pica a muchos bañistas todos los veranos. A veces permanecen en fondos someros, semienterrados en la arena, y pisarlos es sinónimo de grave picadura. Debemos tratarla con amoniaco cuanto antes, que es el mejor remedio.

Si nos pican paseando por la orilla, pensemos que se trata de ejemplares jóvenes -y con menos veneno que los adultos- que son los que más se aventuran en aguas tan poco profundas.

Otra cosa: pese a que en algunos libros se diga que su picadura llega a ser mortal, he visto cientos de casos y nunca he sabido de nadie que se haya muerto.

Lo normal es que pasemos unos minutos muy malos, una hora bastante mal y unas pocas más, fastidiados. Al día siguiente, ni siquiera nos acordaremos.

Salpa


Nombre científico: Salpa salpa, Sarpa salpa, Boops salpa, Box salpa

Otrs nombres comunes:

Andalucía: Salpa, salema
Asturias: Salpa, saboga
Canarias:Salpa
Cantabria: Salpa, marsopa
Cataluña (Levante): Saupa, salpa, salema
Galicia: Saboja, sops
Murcia: Salpa
País Vasco: Salbia, salpa

En otros países
Portugal: Salema
Italia: Salpa
Francia: Saupe, aupe, sarpe
Reino Unido: Gold line

La salpa presenta grandes diferencias con el resto de los espáridos. La mayor, quizá, radique en su dieta, que es mayoritariamente vegetariana. Además, su librea es muy característica, de color dorado con fondo verdoso y, a menudo, con finas estrías de ese color que recorren su cuerpo longitudinalmente.

Carece también de manchas oscuras en el arranque de su aleta caudal o en la cabeza, muy comunes en toda la familia, exhibiendo una librea mucho más uniforme, sin esta coloración disruptiva que encontramos en casi todos los demás miembros.

La boca tampoco nos recuerda a la de otros espáridos, por serla propia de un animal estrictamente vegetariano, que no necesita de piezas dentales aptas para la depredación.

Se mueve en pequeños grupos, preferentemente en zonas de escollera, prefiriendo las aguas relativamente tranquilas y de poca profundidad. La encontramos en fondos rocosos, abundantes en algas -que constituyen su principal alimento-, paciendo incansable y limpiando de verdín la superficie de las peñas.

Por su carácter vegetariano, no es presa habitual de los aficionados a la caña, que suelen cebar sus anzuelos con carnadas de origen animal y que la salpa se muestra reacia a aceptar.

No obstante, hay quien practica su pesca de modo específico, lo cual también tiene cierto encanto. Ahora bien, en caso de que no deseemos soltar al pez -que es lo más aconsejable- urge desventrarlo. Esta práctica debe ser adoptada siempre que capturemos una especie vegetariana, pues los alimentos de este origen tienden a degenerar enseguida y acaban fermentando y pudriéndose en pocas horas.

Conviene señalar, además, que la salpa es pez de carnes blancas, insípidas y con bastante espina, de gusto mediocre aunque aceptable, siempre que esté muy fresca.

Rodaballo


Nombre científico: Psetta maxima

Otros nombres comunes:

País Vasco: errebollo

Francés: Turbot

Inglés: Turbot

Italiano: Rombo chiodat

Alemán: Steinbutt

Se le distingue claramente de otros peces planos por su forma casi circular y su piel oscura y verrugosa.

Habita lechos planos con predominio de arena y zonas mixtas. Es una de las especies más apreciadas, sobre todo por su altísima calidad gastronómica. Sin embargo, debido a su imprevisibilidad y a que muy raramente presenta comportamientos gregarios, no es objeto de una pesca específica.

Se reproduce en aguas costeras durante los meses de verano y su puesta suele alcanzar varios millones de huevos, que luego se convertirán en larvas pelágicas.

Por lo general, el rodaballo, como el resto de los peces planos, es considerado como una especie destinada a la pesca comercial, propicia para las artes de arrastre. Pero esto no quiere decir que no pique a un cebo bien presentado, si éste cumple con los requisitos de descansar sobre el fondo y ofrecer una carnada de su gusto. Lo mejor suele ser encarnar un anélido en un pequeño anzuelo. La gusana de coco suele ser excelente, así como la americana o la de rosca. Asimismo, el cangrejillo de arena o galera puede depararnos agradables sorpresas.

Los aparejos serán siempre de fondo, y lo más habitual para el aficionado que pretende capturarlo es practicar la modalidad de surf casting.

Para ello, no es necesario lanzar a grandes distancias ni en zonas muy profundas, pues el rodaballo vive en cotas variables de profundidad, desde varias decenas -e incluso centenas- de metros, a menos de una braza. Mi primer rodaballo -de un tamaño aceptable- lo capturé con pocos centímetros de agua, utilizando un redeño o quisquillero. Esto no es muy común, pero, en las zonas de marea el rodaballo se comporta igual que otros muchos peces del litoral, y se interna en las zonas tildales para conseguir su alimento. En ocasiones, con la bajamar, no encuentra el camino de vuelta, o bien éste ha quedado en seco, por lo que se acomoda en una charca y allí espera a que vuelva a subir la marea.

Una característica que presenta es que, de ser descubierto, puede incluso ser atrapado con las manos desnudas, debido a su escasa movilidad. Si se desplaza, bastará con seguirlo unos pocos metros, para volver a encontrarlo posado en el fondo.

Su distribución en nuestras costas es tan amplia como irregular. Podemos hablar de una especie, cuya captura siempre constituirá una agradable sorpresa, pero ésta raramente se produce.

En la actualidad, el rodaballo está siendo criado con éxito en cautividad y constituye uno de los triunfos de la acuicultura marina. Esperamos que esta práctica se consolide y desarrolle, para que las redes de arrastre que antes los buscaban con ansiedad destrozando el fondo, se pudran olvidadas y se recupere esta escasa especie para la pesca deportiva.

Raya mosaico


Nombre científico: Raja undulata

Esta raya es inconfundible, pues las manchas blanquecinas junto con las bandas que presenta, la caracterizan perfectamente. Por lo demás, su modo de vida se asemeja bastante al de otras rayas, como la pastinaca o la raya moteada.

Es de comportamiento estrictamente bentónico, prefiriendo los fondos de arena a cualquier otro. Vive a profundidades variables, a veces, sobre todo de noche, en pocos metros de agua.

Al contrario que otras rayas, como la pastinaca que es ovovivípara, la raya mosaico es ovípara. Sus huevos, de aspecto rectangular, son confundidos frecuentemente con los de la pintarroja.

La raya mosaico no es un pez muy abundante, pero tampoco resulta una captura extraña para los aficionados al surf casting.

Pica con decisión a los aparejos de fondo cebados con gusana, aunque, afortunadamente, suele ser devuelta al agua.

Esperamos que esta costumbre se mantenga, pues cada día es más difícil encontrarnos la particular librea de este pez embelleciendo los lechos arenosos de nuestro litoral.

Platija


Nombre científico: Platichtthys fleus

Inglés: Plaice

Portugués: Platessa

Italiano: Platessa

Euskera: Platuxa

Catalán: Palaia

Este pez plano no es tan apreciado como pueda serlo el rodaballo o el lenguado, pero sólo porque su valor gastronómico, aun siendo aceptable, no se puede comparar con los anteriores.

No obstante, en el plano deportivo no tiene nada que envidiarles. Presenta, además, la virtud de su más amplia distribución, pues, si bien comparte con el resto de los peces planos los fondos "blandos", es decir, de grava, de arena o incluso de cieno, también puede hallarse en lechos rocosos o mixtos, siempre que no presenten demasiadas infructuosidades.

Otra particularidad es que la platija se adentra en las desembocaduras, pues presenta un marcado carácter eurihalina, por lo que tolera bastante bien las variaciones salinas. Esta característica le permite habitar algunos ecosistemas salobres, lugares apetecidos por el pescador que persigue otras especies igualmente eurihalinas, como la lubina, la lisa o algunos espáridos.

La boca de la platija es fuerte, acostumbrada a los bocados duros, como los pequeños crustáceos o algunos moluscos bivalvos de pequeño tamaño que llega a destrozar con sus mandíbulas. Se distingue fácilmente por su forma romboidal y presenta varias libreas, acordes con el colorido de su entorno, en toda la gama de tonos marrones y cremas, con o sin betas.

Presenta más movilidad que la mayoría de los peces planos, por lo que batirá también mayores áreas en busca de comida, y no constituirá un blanco inmóvil al fusil submarino, como es el lenguado o el rodaballo, que fían toda su estrategia al camuflaje. En ocasiones he fallado el tiro tras descubrir una platija posada sobre el lecho, cosa que sería difícil -por muy mala puntería que se tenga- en caso de tratarse de otros peces planos.

Para el pescador de caña, las técnicas más frecuentes son las de lance pesado, cebando con pequeños crustáceos, moluscos o anélidos. El anzuelo no debe ser grande, pero sí conviene que sea un poco robusto.

Por último, a quien persiga específicamente este pez, le recomendaría que lo hiciese en las desembocaduras, probablemente las mejores zonas para encontrarlo.

lunes, 24 de agosto de 2009

Pintarroja


Nombre científico: Scyliorhinus canicula>

Este pequeño escualo es una presa muy habitual de los palangres de fondo y, en general de cualquier aparejo que trabaje sobre el lecho marino a cierta profundidad.

La pintarroja acostumbra a vivir en fondos que oscilan entre los 20 y los 100 m., y su actividad es eminentemente nocturna. Es una especie bentónica que se muestra insaciable con todos los pequeños animales que componen su dieta, como son los anélidos, los crustáceos, los moluscos o los peces de talla reducida.

Nuestro tiburón en miniatura nunca alcanza el metro de longitud y es, por supuesto, inofensivo. Como otros miembros de su familia, presenta fecundación interna, lo que es una rareza entre los peces.

No tiene interés deportivo ni comercial, por lo que suele convertirse en una molestia para los pescadores cuya carnada ataca. De todas formas, son raros los ejemplares capturados pescando desde la orilla, pues suele vivir a mayor profundidad, aunque sin abandonar nunca la plataforma continental.

Lo que sí es demasiado frecuente, y por ello, más doloroso, es ver sus cadáveres jalonando el lecho del puerto. Y es que este abundante escualo es presa muy común de los profesionales de bajura y, dado el escaso precio que alcanza en la lonja, suele ser arrojado por la borda como un desperdicio, tan pronto éstos llegan a puerto y proceden a limpiar las artes.

Picón


Nombre científico: Symphodus mediterraneus

Este lábrido es frecuente en todo nuestro litoral y resulta una captura típica de los pescadores de caña.

Se puede identificar fácilmente gracias a que presenta una mancha oscura en el inicio de la aleta caudal y un colorido bastante uniforme en todo el cuerpo.

Además, tiene dos hileras de dientes cónicos en cada una de las mandíbulas, sobresaliendo dos caninos frontales. Mal nadador, como todos los demás lábridos, acostumbra a desplazarse lentamente cerca del fondo, en entornos rocosos y con abundantes algas que le brindan protección.

De régimen carnívoro, se alimenta sobre todo de pequeños crustáceos, anélidos y moluscos, es decir, los típicos cebos del pescador de escollera.

Típico pez ramoneador, alcanza unos 15 cm. de longitud y sus carnes, insípidas y con abundantes espinas, no tienen valor gastronómico, pese a ser comestibles.

Es muy común en verano, pero en invierno se adentra a mayor profundidad y disminuye su actividad, por lo que será difícil capturarlo en los meses más fríos.

Su pesca, equiparable a la de otros lábridos, es de las más sencillas y únicamente necesita un aparejo de fondo cebado con gusana o quisquilla. Sin embargo, no es objeto de una pesca específica, debido a su escaso tamaño y a su nulo valor gastronómico que antes mencionábamos.

Acostumbra a tragarse el anzuelo hasta las entrañas, por lo que, a efectos de desanzuelarlo, es conveniente utilizar aquellos de pata larga, rectos y finos, como los de tipo crystal, excelentes para la mayoría de los lábridos.

Se reproduce a poca profundidad, durante los meses estivales.

Palometa blanca


Nombre científico: Trachinotus glaucus

Como el resto de los carángidos es un predador nato. Se alimenta con voracidad de todo lo que su tamaño permite y persigue feroz a los bálamos de alevines. Es en ese cometido cuando a veces llega incluso hasta la misma orilla de las playas, en la que los alevines buscan refugio.

Sobre todo durante los meses estivales en las playas mediterráneas, no es raro ver bancos de pequeños mugílidos y otros alevines saltando en la misma orilla con pocos centímetros de agua. Se meten casi a varar, perseguidos por las implacables palmetas blancas. Este es el momento idóneo para el pescador deportivo que quiera practicar spinning ultraligero. Toda una gozada.

Con una caña de un par de metros y de muy escasa acción, un carrete ligero y un sedal del 0.18, prepararemos un aparejo armado con pequeños artificiales. Pueden ser plumas, pequeñas cucharas ondulantes o diminutos minows o paseantes. Todo va bien con tal de que los señuelos no excedan los 3 ó 4 cm. de longitud como máximo. Y entonces comienza la fiesta. La palometa blanca se lanza como un misil a por nuestros artificiales y, aunque su tamaño sea generalmente muy discreto y nuestras capturas medias no excedan de los 25 cm. la diversión es total. Siempre y cuando nuestro aparejo sea muy ligero, claro. Si no, sería como matar moscas a cañonazos.

Por supuesto, también hay quien pesca palometas blancas con cebo natural, sobre todo en el interior de los puertos y bahías, donde a veces permanecen grupos estables junto con otros carángidos pequeños, como chicharros o jureles.

Pero para sacarle partido a este pez, lo mejor, créanme, es tentarlo con artificiales diminutos y aparejos ultraligeros en las orillas de las playas mediterráneas. Pese a lo reducido de su talla, esta especie es muy combativa y busca agua en cuanto se siente clavada. Quizás una de las mejores opciones para adiestrarse en el spinning en agua salada.

Palometón


( Lichia Amia )

Es un gran predador que patrulla nuestras costas y llega a alcanzar los dos metros de longitud y los 50 kg., aunque los ejemplares de más de 40 kg. son excepcionales. Es de color plateado con reflejos verdosos y azulados, más oscuro en la zona dorsal y blanco en la ventral. Vive en mares subtropicales y es muy común en el Mediterráneo y en el Atlántico sur, pero anecdótico en el cercano Cantábrico.

Tiene la cabeza -así como la boca-, proporcionalmente pequeña, marcándose su forma ahusada con el crecimiento. Sin duda, la estampa hidrodinámica que presenta este carángido nos esté dando las primeras pistas sobre su capacidad natatoria. En efecto, aunque de régimen pelágico, es capaz de moverse con soltura y precisión en aguas de menor calado, aunque se siente más cómodo con, al menos, una veintena de brazas bajo sus aletas.

Le encantan los estuarios y llega a internarse en la desembocadura de algunos grandes ríos, como es el caso del Ebro, aunque no tanto como lo pudiera hacer, por ejemplo, una lubina o un mugílido. Precisamente, lisas, mubles y mújoles (que todo es uno) se cuentan entre los manjares favoritos de este potente predador. Pero tampoco se quedan atrás los bancos de sardina, anchoa, chicharro y demás gregarios, que constituyen partes indispensables de eso que conocemos como "pez pasto" y que nutre los océanos.

El palometón tiene una importancia relativa para la pesca comercial pues, aunque perseguido por los profesionales, sus propiedades gastronómicas son discretas y nadie pugna en la lonja con entusiasmo cuando descargan unas cajas de este carángido.

Por tanto, dado lo escaso de su consideración en el mercado, habrá que convenir en que su principal interés es el deportivo. Y es que, en este terreno, hablar de palometones equivale a pronunciar palabras mayores: peces que luchan sin tregua durante muchos minutos, especímenes que se lanzan como misiles a por nuestros artificiales, que se giran 180 º para embocar el señuelo en una maniobra que te corta la respiración.. En fin, auténticas máquinas predadoras que enloquecen con los señuelos de superficie, especialmente con grandes popper traídos a toda velocidad y con bruscos tirones para provocar su espectacular ataque.

Si hay una modalidad de pesca que podamos recomendar en este país, esa es la del palometón con señuelos de superficie. Háganos caso, que no se arrepentirá.


Oblada


Nombre científico: Oblada melanura

Otros nombres comunes:

Andalucía: Oblada
Asturias: Oblada
Canarias: Oblada
Cantabria: Perpelute
Cataluña (Levante): Doblada
Galicia: Chaparella
Murcia: Oblada
País Vasco: Buztanbeltza

En otros países
Portugal: Curuta, galeta
Italia: Occhiata
Francia: Oblade, aublade
Reino Unido: Blacktail, saddled seabream

La oblada se reconoce fácilmente por la mancha negra que presenta en el arranque de la aleta caudal orlada de blanco.

El cuerpo es ovalado, bastante comprimido y más alargada de lo que suele ser común en los espáridos. De color plateado, tiene a menudo reflejos azulados, grises, pardos o negros, y, por su morfología, observamos que se trata de un buen nadador.

Está muy bien adaptada a los grandes espacios, en los que transcurre una parte importante de su existencia, -a veces en las capas superficiales e incluso mar adentro- y a una alimentación omnívora, que incluye en gran parte pececillos en su dieta.

Llega a medir algo más de 30 cm. y es muy voraz. Su boca, ligeramente oblicua y orientada hacia abajo, es de pequeñas dimensiones y posee una dentadura polivalente, acorde con su dieta mixta, que incluye, desde algas hasta invertebrados marinos, pasado por pececillos y otras presas potenciales de reducido tamaño.

Cuenta con unos nueve dientes incisivos en cada mandíbula, seguidos de otros similares que recuerdan a los caninos, cónicos y afilados, y una especie de molares de muy escaso porte, granulados.

Vemos a la oblada comportarse de un modo distinto a otros espáridos con los que comparte nicho ecológico, sobre todo en sus estadios juveniles. Mientras que sargos picudos, vulgares y mojarras se mueven en grupos mixtos, con escasa cohesión entre sus integrantes, las obladas mantienen una estructura más propia de peces habituados a la disciplina del cardumen.

Incluso sus hechuras, en este caso más pisciformes, menos redondeadas, recuerdan a las de las especies que optan por la estrategia de convivir en compactos bálamos o bancos y de vivir entre dos aguas, si bien generalmente lo hacen cerca del fondo.

El manchón negro -muy típico en esta familia- forma entonces un conjunto de oscuras siluetas, que se mueven de manera uniforme -en función de los dictados del resto del banco- tan pronto como sus componentes cambian de dirección o adoptan un comportamiento defensivo, de huida, frente al predador. Esto se puede comprobar fácilmente en cuanto nos sumergimos y entramos en el radio de acción del bálamo.

Por ejemplo, si, bajo el agua, perseguimos a un grupo de mojarras o de sargos comunes o de cualquier otro tipo, estos se dispersarán de forma desordenada y observaremos cómo cada individuo se conduce de distinta manera. Sin embargo, en el caso de las obladas, no sucede así. Nos dará la impresión de que esas obladas se comportan como lo haría un banco de lisas, jureles o anchoas, de peces perfectamente adaptados a la vida en cardumen, que exige una disciplina grupal inexistente en la mayoría de los espáridos.

La librea de sargos y obladas es muy parecida, pero las diferencias también son apreciables, a poco que nos detengamos a contemplarlas: El perfil de la oblada es más pisciforme, es decir, menos redondeado que en los sargos, lo que nos da una idea de que se trata de un pez "más nadador", y que, de hecho, acostumbra a vivir entre dos aguas y no tan pegado al fondo y a la roca como lo hacen los sargos.

Esta diferencia de hábitat también repercute en sus patrones alimentarios, que, en el caso de la oblada, son claramente más ictívoros, es decir, que se alimenta con mayor frecuencia de peces. En esto se asemeja de nuevo más a los peces de régimen pelágico, que capturan pequeños pececillos y larvas o inmaduros de muchas especies que vagan en ocasiones entremezclados en el plancton.

¿En qué afecta esta particularidad alimenticia de cara al pescador deportivo? En muchos aspectos, sin duda. Pero el más destacable para el aficionado, pasa por aplicar estos conocimientos sobre su dieta en nuestro provecho. Es decir, que nos brinda la posibilidad de capturar obladas con un amplio abanico de métodos y aparejos.

Por supuesto que podremos pescarla como si de un sargo se tratase, con el mismo aparejo. Pero no es menos cierto que podemos plantear un modelo bien distinto e igualmente eficaz, pues, aunque la oblada sea un pez omnívoro y acepte carnadas y aparejos destinados a otros espáridos, también cabe perseguirlas con sistemas de cacea ligera o curricán.

De todas maneras, conviene insistir en lo de ligera, dado que la oblada presenta modestas proporciones -no suele rebasar el kg.- y, además, su boca es relativamente pequeña con respecto al cuerpo.

En todo caso, la oblada es un pez muy agradecido, que se pesca tanto de noche como de día y, como ya podrá suponer el lector, con todo tipo de carnadas. Dado que, además, se desplaza en bálamos, si topamos con uno numeroso, podemos realizar muchas capturas de la misma especie.

En lo gastronómico, su valor es menor que el de otros espáridos, pero no por ello deja de ofrecer carnes sabrosas, aptas para casi todos los paladares. Así que, sin lograr la exquisitez de muchos de sus parientes cercanos, mantiene un gusto más que aceptable.

Mojarra


Nombre científico: Diplodus vulgaris, Sargus vulgaris, Sargus salviani

Otros nombres comunes:

Andalucía: sargo
Asturias: mojarra
Canarias: sargo
Cantabria: mojarra
Cataluña (Levante): Vidriada, verada, variada
Galicia: mojarra
Murcia: sargo
País Vasco: : Muxarra, mujarra, muxar arrunta, muxkarra

En otros países
Portugal: Sargo (safía)
Italia: Sarago fasciato
Francia: Sar a téte noir, varade
Reino Unido: Two banded seabream

Su aspecto es muy semejante al del sargo común, del que se diferencia en que su boca es más estrecha y puntiaguda, pero, sobre todo, por las dos bandas oscuras que le caracterizan: una que se extiende detrás de los opérculos hasta el extremo dorsal, y otra, paralela, en el arranque de la aleta caudal.

En lo que respecta al resto del cuerpo, no presenta las bandas difuminadas del sargo común y su librea es de un gris plateado mucho más uniforme que la del anterior.

Por lo demás, se parecen mucho, comen lo mismo, viven en los mismos lugares y se pescan de igual manera. Además, como sus poblaciones se hallan juntas y revueltas, resulta frecuente capturar ejemplares de una y otra especie indistintamente.

Incluso los bálamos de mojarras y sargos comunes suelen permanecer unidos, en ese difuso gregarismo que caracteriza a los sargos, por lo que, en muchos lugares se adopta el nombre de sargo para definir a ambas especies -incluyendo los picudos- o el de mojarras, de igual manera.

El crecimiento de la mojarra es, sin embargo, menor que el del sargo común, y no suele superar los 30 cm.


Merillo


Nombre científico: Paracentropristis hepatus

Este pez de vistosos colores es un pequeño serránido tan común en el Mediterráneo como escaso en el Cantábrico. Como toda la familia, es un voraz predador de todo lo que se mueve a su alrededor y cuyo tamaño sea adecuado al de su boca. Y es que, precisamente, es éste, el tamaño, lo que condiciona su alimentación, pues el merillo es un pez muy pequeño, que nunca alcanza más de 15 cm.

Por su aspecto y dimensiones podría pensarse que se trata de un lábrido, pero no es así. Lo que ocurre es que comparte con los lábridos muchas características morfológicas, resultado de su adaptación a los mismos nichos ecológicos y formas de vida.

De hecho, es muy común encontrarlos juntos, y ver en la misma escollera a merillos, serranos o tordos y julias o doncellas, nadando a la par o disputándose un pequeño bocado.

Si nos fijamos, todos ellos tienen libreas de peces subtropicales, propios de las escolleras de aguas someras y luminosas.

La voracidad de nuestro pez le lleva a atacar cualquier cebo de origen animal que le presentemos, pero especialmente aquellos preferidos por los peces de escollera, como son las gusanas o lombrices marinas, y los pequeños crustáceos, como el ermitaño, la quisquilla, etc.

Para pescarlo, lo mejor es un aparejo sencillo a boya, con un bajo de sedal fino y ligeramente plomado. Eso sí, el conjunto debe ser muy ligero, para percibir su picada y posterior defensa. Del mismo modo, capturaremos los lábridos antes mencionados, con lo que haremos una cesta de bellos colores.

La picada es bastante franca y el merillo se clava sin que se precise propinar un severo cachete o golpe de muñeca. Sus carnes son poco apreciadas, sobre todo a causa de su reducido tamaño y sus muchas espinas.

Lubina


Nombre científico: Dincentrarchus lupus, Dicentrarchus labrax, Labrax lupus, Perca labrax, Morone labrax...

Otros nombres comunes:

Posee distintas denominaciones vulgares dependiendo de cada zona: Lupi, lupa o lupina en algunos puntos de la costa vasca, roballiza o furagaña en Asturias, róbalo o roballo en Galicia; en catalán, llobarro, llobarret, llop, llubarro, etcétera.

La lubina es un pez óseo, del orden de los perciformes, encuadrada generalmente dentro de los serránidos, aunque algunos autores discrepen de esta clasificación, por considerar que su morfología no se ajusta a la de la familiaserranidae. Para deshacer el entuerto, los disidentes han creado una familia a medida de nuestro protagonista, la de los morónidos, en la que figuraría junto con su pariente cercano, la baila (Dicentrarchus punctatus).

La lubina es un pez más esbelto e hidrodinámico que los demás serránidos y presenta, en comparación, hábitos muy diferentes. La familia serranidae comprende especies tales como el mero, la cherna, o la cabrilla. Al margen de las diferencias de tamaño entre unos y otros, comparten muchas características comunes que indican su pertenencia a un grupo homogéneo, en cuyo bien avenido redil irrumpiría, como un lobo, la lubina.

A simple vista, se diferencia del resto por sus hechuras fusiformes, tanto como por la presencia de dos aletas dorsales y dientes sobre la lengua. También se aprecia que las aletas están adaptadas a la natación, con la caudal ancha, fuerte y ligeramente ahorquillada, y las ventrales -mucho menores- situadas detrás de las pectorales.

La primera de las dos aletas dorsales tiene todos los radios duros (8 ó 9 en total), por uno sólo en la segunda. La cabeza, -ésta sí, de serránido- muy agresiva, presenta una boca de amplias dimensiones, con parte del maxilar inferior visible, que le confiere un marcado prognatismo. El preopérculo, violento y serrado, está soldado al opérculo, que muestra dos únicas espinas planas.

El color del dorso es grisáceo, con reflejos metálicos azulados, verdosos o negruzcos, mientras que se presenta más claro en los flancos y en el vientre, con destellos plateados.

La lubina nunca se aleja de la plataforma continental y permanece casi todo el tiempo en aguas superficiales, lo que choca con la vida sedentaria cerca del fondo -y a menudo dentro de cuevas y agujeros-, que lleva la mayoría de los miembros de la familia serranidae. Lo mismo puede decirse de su coloración, como hemos visto, más parecida a la de los peces pelágicos. Esta librea se encuentra en las Antípodas de los tonos terrosos, marrones o verdes que ostentan los demás serránidos y es característica de los peces de fondo. La lubina sería, por tanto, un serránido "nadador", perfectamente adaptado a la vida que lleva.

Estas diferencias morfológicas, causa y efecto de su distinto comportamiento, son las que -como decíamos al principio- han llevado a algunos autores a clasificarla en una familia distinta, la de los morónidos (moronidae), sin que, desde estas páginas, nos atrevamos a tomar partido por unos u otros.

En realidad, la lubina ("lupina"), la loba de la mar, se halla presente en todas nuestras costas y es bien conocida por muchos, pero nadie se pone de acuerdo acerca de los detalles que rodean a este misterioso y excitante pez.

Esto mismo ocurre con aspectos referentes a su biología: Se afirma que es un pez migratorio, incluso un nadador vagabundo. Esto puede ser cierto en algunos casos, pero no podemos generalizar. Se ha comprobado que las lubinas se desplazan periódicamente, concentrándose en determinados lugares por razones específicas, como la aparición de un gran bálamo de pececillos que recalen cerca de la costa, o los periodos de subida de las angulas en los estuarios, o la bajada de los esguines en los ríos salmoneros.

También ofrecen ciertos modelos de comportamiento gregario durante la freza, lo que ocasionaría asimismo desplazamientos más o menos masivos. Queda patente, pues, que esta especie puede ofrecer un carácter, si no propiamente migratorio, sí por lo menos itinerante.

Pero esto no quita para que nos encontremos ejemplares sedentarios, con comportamientos propios de pez territorial, o que vivan permanentemente en un lugar dado por la razón que sea.

La lubina es un pez carnívoro, como lo prueban su constitución y su boca y mandíbulas, un formidable depredador que admite una dieta variada. Así, ingiere muchos alimentos de distintas especies y tamaños, vivos o muertos, pero siempre muy frescos. Esta adaptabilidad a los distintos alimentos que componen su dieta natural, repercute de forma directa en la amplia gama de cebos que admite, tanto naturales como artificiales.